EL VACÍO
(Obra en un acto)
Un cuarto. En las paredes no hay un cuadro,
una grieta, una mancha, una araña.
Del techo, de cordones pelados, cuelgan dos focos fundidos.
La entrada, sin puerta, da a una pared verde sucio.
La ventana, con el vidrio quebrado, no tiene hora.
En un rincón hay una mesa con nada.
En el silencio que sigue no se oyen pasos, voces ni crujidos.
En el cuarto no hay nadie. Nadie llega.
La obra puede durar un minuto o toda una vida.
México, D.F., viernes 27 de diciembre de 1991
Homero Aridjis