FRAY GASPAR DE CARVAJAL RECUERDA EL AMAZONAS
Viejo y enfermo
no tengo miedo a la muerte:
ya morí muchas veces.
Por el río grande he navegado
y he visto sombras colgando de la luz
y ecos brotando del sonido sordo
que provoca el choque
de las aguas con el mar abierto.
De entre las ramas cálidas
de la máscara verde de la orilla
he visto surgir la flecha emponzoñada
y he visto caer del cielo
como aguja y tizón
el rayo y el calor.
Debajo de todo lecho
hay un esqueleto acostado
y en toda agua corre
una serpiente de olvido.
Más difícil es ser
un viejo que tiene frío
en las horas que preceden al alba
y sentir dolor de huesos
en la estación de lluvias
que seguir en un barco perdido
el cauce del río más caudaloso del mundo.
Como todo hombre,
día tras día he navegado
hacia ninguna parte
en busca de El Dorado,
pero como todo hombre
sólo he hallado
el fulgor extremo de la pasión extrema
de este río,
que por sus tres corrientes:
hambre, furor y cansancio,
desemboca en la muerte.
Homero Aridjis