TURISTA DE 1934
Sobre una cama del Hotel Genève
ella me preguntó por las montañas
que rodean la ciudad de México
yo contemplé los
senos solitarios de su vida
que como picos blandos
se alzan a la caída de la noche
ella me contó que en el Mercado del Volador
compró joyas de hace cien años
a precios razonables
yo miré sus ojos
sin valor alguno
de aquí a cien años
ella me preguntó por el Salón México
donde los hombres bailan con overol y sombrero
y por el restaurante El Retiro
donde los aficionados al toreo
los domingos en la tarde
después de la corrida
corren a comer las entrañas de los toros muertos
yo la abracé en la noche íntima del cuarto
y dancé en su oscuridad
y comí en su vida
ella me habló de paseos por los suburbios
y me platicó de hombres a caballo
que silbaban a su paso en Coyoacán y Churubusco
yo sentí celos de lo que sus ojos vieron
y de lo que no vieron
finalmente ya casi al alba dormimos
como un cuerpo solo
sin plazas y sin calles
sin caras y sin hombres
rodeados por las sombras del país inmenso
Homero Aridjis