Buen sitio es el alma para la poesía
de ella ha salido y es justo que a ella vuelva
con el mismo temblor que era pulsada
y los mismos ojos que la vieron erguirse
el dolor en ella restañó las palabras
la alegría en ella se repitió tantas veces
como un río se recorre se ocultó tantas veces
como la verdad suele hacerlo
con la breve premura de su canto
instauró en el aire un reino
donde las llamas pudieron ser criaturas
y las criaturas sombra doliente de la santidad
voló toda la vida sin despegar las alas
llegó todo el tiempo sin aparecer del todo
estableció aquí la raíz allá el amor
sobre la hierba lo visible lo invisible de un ángel
abrió todos los ojos habló en todas las bocas
colgó como una hoja en la verde maravilla del árbol
su vestido fue un templo su sueño fue este mundo
Homero Aridjis