formas nacen a mis ojos desnudeces temblando que la luz sombrea los cuerpos se dirigen a una nueva existencia
donde frialdad y calor han de tenderlos sobre un lecho donde sólo el sonido el día se mueven colores
toman las cosas son las cosas en la instantaneidad que nos rodea como policromía concertada el aire inoído
penetra los surcos de la madera llena los diminutos pozos como cráteres negros e iluminando hace visibles las porosidades de la
piel de Plap en un tiritar apenas perceptible toda luminosidad colma su objeto y abriendo da temperatura al mobiliario que
nos acompaña mudo así los paisajes son innumerables así podemos hacer que la mirada vague
por la silla seguir los ocres de su superficie los bordes las líneas que se curvan dan la vuelta
mientras la rodilla de Plap tensa en descanso otra vez tensa se afloja cambia de lugar y por el
agua del vaso bajan de diferentes niveles en alturas distintas grumos grises negros de diversos tamaños y algunos redondamente
blancos pero Plap me quita el vaso y bebe el agua cayendo el instante en cada movimiento
Homero Aridjis