Pero tú no te reconoces como mía
Luces dispersas te saludan como suya
Siempre igual en todas partes
siempre primero a ti mujeres apagadas
A pesar de ciudades y ciudades
de rostros y rostros de semejanza y semejanza
Lo que tocas me niega
Ascensos y descensos no me tienen
Labios y palabras y engaños
son para mí una muerte verdadera
Silencios tan largos como un segundo
caen sobre mí sin conocerte
He creído encontrarte adentro del sonido
Los espejos confunden las imágenes
No amaneces No eres tú
Eres otra Es la noche
Quedas viva inmune
caminando todavía sobre los muertos
Homero Aridjis