AUTORRETRATO A LOS 6 AÑOS
Un vidrio separaba al cerro Altamirano de mis manos.
Una puerta dejaba afuera del salón de clases
a la escalera, que se precipitaba en el pueblo.
Todos querían entrar en la clase de español:
el gorrión, las piedras, el fresno y el azul del cielo.
Mi lápiz dibujaba a la maestra campesina:
su vestido raído, sus zapatos deslenguados.
Yo aprendía a leer como se aprende a ser:
tú, yo, padre, hermano, la sombra en la pared.
Homero Aridjis