CANCIÓN
Alma, no me digas nada,
que para tu voz dormida
ya está mi puerta cerrada.
Una lámpara encendida
esperó toda la vida
tu llegada.
Hoy la hallarás extinguida.
Los fríos de la otoñada
penetraron por la herida
de la ventana entornada.
Mi lámpara estremecida
dio una inmensa llamarada.
Hoy la hallarás extinguida.
Alma, no me digas nada,
que para tu voz dormida
ya está mi puerta cerrada.
Juan Guzmán Cruchaga