VISITA AL LUPANAR
14 de noviembre
Por ese beso que me das, se queda
con tu putrefacción algo muy mío,
flaca mujer del lupanar sombrío,
la falda rota y la gastada seda.
Yo te dejo algo más que una moneda:
mi fracaso, mi angustia, mi albedrío,
y la inmisericordia y el hastío
de mi carne que en ti sufre y se enreda.
Un día volveré para encontrarte
como siempre en tu sitio, en tu baluarte,
donde aún defiendes dignidad vencida.
Aguárdame. Yo soy el que regresa
tarde o temprano al lupanar y besa
como Jesús la miserable herida.
Germán Pardo García