SABIDURÍA
5 de septiembre
El muerto es sabio porque ya no piensa.
Dejó del pensamiento la agonía
y en sus ojos coagúlase y enfría
la claridad que el existir condensa.
Más allá de ese muerto hay una intensa
transformación en luz de la energía,
y el choque de los átomos envía
furia y calor y su igualdad compensa.
Y allá no hay mente. Sin cerebro lanza
turbiones la materia cuando avanza,
dándole forma a un génesis fecundo.
Y el muerto, a la materia incorporado,
ya dejó de pensar y está empotrado
terriblemente en la raíz del mundo.
Germán Pardo García