LA VIDA NUEVA
¡Ah del mundo que amé, tierno y sencillo!
¡Ah de la luz transfigurada en nieve!
¡Ah de la espuma vegetal y leve
y del humilde, constructor ladrillo!
¡Yo, que afilara leñador cuchillo,
siento que el mundo hacia el espacio mueve
sus técnicas batallas, mientras llueve
sobre los mares incendiario brillo!
Mas ¡ay del que no entiende que la vida,
por la explosión de la abismal partida
trocó la gloria de marchitos lauros!
Y ¡ay del que no desligue la mirada
de la inmensa llanura bombardeada
por donde huyen los últimos centauros!
Germán Pardo García