LOS ÁNGELES DE VIDRIO
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Pero abril alboraba y las banderas
de la Resurrección iban flotando
por los aires, y Cristo deslumbrando
con su rostro las casas alfareras.
Y aquellos angelillos que entre ceras
se morían sin luz, iban llevando
la túnica de Cristo y derramando
sobre sus pies lloviznas toronjeras.
Y Cristo con las manos extendidas
mostrábales la luz de sus heridas.
Y las besaban trémulos, volando
sobre Cristo cual blancas mariposas.
Y Cristo con sus manos montañosas
las alas de cristal iba dorando.
Germán Pardo García