SABIDURÍA
Apenas si distingo a las criaturas.
Las grandes con las ínfimas confundo.
Para mí una guanábana es el mundo
reducido a frutales curvaturas.
¡Desorientadme, inmensas estaturas!
¡Cual pólipos vivid en lo profundo!
¡Negad que soy un niño sitibundo
con un cadáver en las manos puras!
Así podré, por nidos engañado
enfestonar el miedo que convierte
mi ternura en fogón encenizado.
Mintiéndome seré menos inerte,
y al final rodaría equivocado
entre los desperdicios de la muerte.
Germán Pardo García