ISLAS DE SED
En unas bajas islas de llanto y de corales,
densa pleamar de sed superficies devora.
En las marismas sepias, incandescente aurora.
Cirros de nubes púrpuras. Calor de litorales.
Astros sin esperanza derriten sus metales
y un cobre de luceros los arrecifes dora.
La voz huye en la brisa que se mueve insonora.
La oscuridad camina sobre los arenales.
Islas de rojas palmas y promontorios lacres.
Desiertas para siempre, las madrugadas acres
asfixian el silencio de perfiles ardidos.
Islas de una amargura que el equinoccio escalda,
con fuego que incendió su atlántica esmeralda
y desterró de arcángeles los cielos sumergidos.
Germán Pardo García