ESPLENDOR DE SOLEDAD
Flavos iris de luz dan a lo inmenso
de la noche estelar, pasmo profundo.
El corazón descansa, y como el mundo,
sobre la soledad está suspenso.
Crece mi sed de eternidad, y pienso
que el esplendor divino en que me hundo,
es como el agua al labio sitibundo
y al fuego del amor pálido incienso.
En viva soledad de prez oculta,
su elevación mi espíritu sepulta.
Como estrella en lúcido capuz
de albo fulgor y arrebolada nube,
tiembla, se abisma, y solitario sube
hacia el claro misterio de la luz.
Germán Pardo García