AGUA DE SOLEDAD
Agua de soledad que yo he bebido
adorando la luz de su presencia,
que envuelve en desolada transparencia
el trémulo diamante del olvido.
Mar de la soledad, claro y ungido.
Recóndito de amor y de clemencia.
Aire de soledad, alto de ausencia,
de atribulada sombra y de alarido.
Soledad implacable, que aprisionas
mis sienes con tus pálidas coronas.
Cáliz de elevación, ánfora inerte
y llena de dramática ternura:
pasa de mí con toda tu amargura,
que está mi alma sola hasta la muerte.
Germán Pardo García