A VENUS
Oh Venus, tu jardín ameno ha sido
Abierto al fin; entré con pie dudoso.
¡Qué lindas frutas! ¡Qué ámbar delicioso!
¡Qué nuevo agrado allí tuvo el sentido!
A tu fuente llegué; y aun atrevido
Apliqué al agua el labio caluroso;
Estaba a cada sorbo más ansioso:
Todo el raudal hubiérame bebido.
Si en los contornos de tu templo sacro
Tartos placeres unes ¡cuán mayores
Serán ante tu mismo simulacro!
¡Y cuál será llegar entre mil flores
Al bien supremo de tocar el ara!
¡Quien en ella al Amor sacrificara!
Gaspar María de la Nava Álvarez, Conde de Noroña