SONETO SEGUNDO
A CLORI
De agudo mal el golpe no esperado
asusta, Clori, tu preciosa vida,
y al mirarte doliente y afligida,
mi enfermo corazón tiembla asustado.
Dos veces con influjo porfiado
ejerce el mal su saña enfurecida:
una turbando mi alma dolorida,
otra afligiendo tu ánimo angustiado.
¿Cuál, Clori, de los dos, pues la inclemencia
del mal sentimos ambos de consuno,
cuál, dime sufrirá mayor martirio:
tú, en quien se ceba la crüel dolencia,
o yo, que todo el mal siento importuno
de tu misma dolencia y mi delirio?
Gaspar Melchor de Jovellanos
Obras Completas. Tomo I. Edición de José Miguel Caso González. Centro de Estudios del siglo XVIII e Ilustre Ayuntamiento de Gijón. 1984