VOZ DE LAS ESTRELLAS
Por eso adornan la inmensa bóveda
nuestros destellos con franjas de oro,
y estremecidas vertemos pródigas,
de luz cambiantes, de aljófar lloro.
La verdad rara, de nombre eufónico,
que al suelo alumbra cuando lo huella...
¿no es nuestra hermana? Del cielo tórrido
¿no es la más pura, luciente estrella?
Gertrudis Gómez de Avellaneda