EL GUARDAPOLVO DE MADERA
El día que mejoremos ya del todo,
y nos curemos del sarpullido de la vida,
cuando nos pongan el guardapolvo de madera,
si pudiéramos gritar yo gritaría:
¡Que me duela, Dios mío, que me duela,
lo que sola en la sala me dolía.
Gloria Fuertes