CRISTO
Cristo, cristal purísimo
que no se rompe nunca.
Cristo, creo en tu cruz
que nutre nuestra arteria.
Bebo debajo de tu trono de espina,
duermo en un ala de tu cruz siempreviva
y no hay por qué pedirte por los hombres,
porque todos los hombres están en tu memoria,
en tu luz desbordante que los ama sin méritos.
Sé que te desvistes hasta morir de nuevo cada instante,
por los que son ingratos con los otros.
Gloria Fuertes