ÁRBOL DE MI VENTANA
Se tambalea, sí; se tambalea,
se tambalea el arco de la luna,
por él pasa un murciélago gritando.
Las horas caen al charco una a una.
Árbol de mi ventana, gordo y seco,
hay un nido de peces en tu tronco,
y oculto en un hueco carcomido
quiere robarle un enanito ronco.
¡Uy! Que apague la luz: —He descendido,
—mi madrastra no entiende—. Soy un topo...
Sin luz yo no sé andar; ahora no encuentro
la cama ni las flores de heliotropo.
¡No quiero descansar! ¡No estoy cansada!
Soy joven, soy libélula de agosto,
de esas que hasta se paran en el aire
y nunca caen al charco verdecillo...
Gloria Fuertes