REFLEJOS
A Pedro Garfias
En este río lácteo los navíos no sueñan sobre el álveo
Como un guante famélico el día se me escapa de los dedos
Me voy quedando exhausto pero en mi torso canta el mármol
Una rueda lejana me esconde y me suaviza las antiguas palabras
Cae el líquido fértil de mi estatua y los navíos cabecean
amarrados al alba
Gerardo Diego, 1921