MADRIGAL
A Juan Ramón Jiménez
Estabas en el agua Estabas que yo te vi
Todas las ciudades lloraban por ti
Las ciudades desnudas balando como bestias en manada
A tu paso las palabras eran gestos como estos que ahora te ofrezco
Creían poseerte porque sabían teclear en tu abanico
Pero
No
Tú no estabas allí
Estabas en el agua que yo te vi
Gerardo Diego, 1921