LA VENTANA
Una lira, que enmarcan heráldicos florones,
Su símbolo magnífico en las barras tortura
Donde, como agria lepra, la herrumbre desfigura
La confusa theoría de grifos y dragones.
En la cornisa, en rancios caracteres teutones,
Hay un latín que sella la férrea arquitectura,
Pero la fabla cuenta la encantada aventura
Que en el poyo de pórfido juntó dos corazones.
Ajenos al secreto, pasan los campesinos
Cantando, cada tarde, por los secos caminos
A que abre sus desiertos ojos el ventanal.
Un dia albos rosales decoraron la reja
Que, entre el florido halago, era como una vieja
Mayúscula miniada de un códice real.
Gregorio Castañeda Aragón