TUS MANOS
Leticia, hermana silenciosa...
tus claras manos has de ver
deshojarse como la rosa
o el lirio, en un atardecer...
¡Manos traslúcidas y graves
tocadas del don señoril
de aquellas man.os que en los claves
ponían sus dedos de malfil!
No busquen más bajo los cielos
flores tus místicos anhelos
si flores quieres ofrendar...
Mejor, que Lirios y azahares.
entre el inciensa y los cantares,
tus manos pon en el altar.
Gregorio Castañeda Aragón