EL REGRESO DE LA PESCA
Mancha roja de luna, como un ojo, vigila
el regreso. Con la fría ráfaga costanera
bajan los botes, lentos, a la oscura ribera
por caminos de esmalte en que la luz vacila.
¡Alegría! En el fondo de las barcazas, fresca,
la viva plata ondula. Hablan desde la playa
y saludan, con grito que el horizonte raya,
las mujeres. Ya arriba la milagrosa pesca!
Mas cuando el sol su rubia red al azul arroja
y las bermejas gavias se abren al mar que moja
las angras con salpique de argentadas centellas,
Los viejos de arduo pelo y catadura reacia,
añoran la alta sombra donde la noche vacia,
marfil, nácar y oro, su redada de estrellas.
Gregorio Castañeda Aragón