LA COSTA TRISTE
Esta es la costa triste, negra costa de breñas,
entre un mar de borrascas y un cielo de penumbra
ahumado como el triángulo de las velas norteñas
que van a las remotas radas que el sol no alumbra.
Resplandores de rojos crepúsculos abiertos
allá en solares climas, ponen su augusta gala
en los tramontos grises, pero campos desiertos
pronto el austral efluvio entre las brumas señala.
Por el grijal, a rastras, van el ciego y la bruja
pescando los crustáceos entre la piedra; estruja
sus sombras la medrosa llamarada del cuelmo,
Y pintando las aguas que apesta la sentina,
en el mayor de un lugre fulgura a la sordina
el resplandor diabólico del fuego de San Telmo.
Gregorio Castañeda Aragón