LAS HESPÉRIDES
—Jardín de las Hespérides, divino
jardín de oro que a mis ojos brillas,
—ensueño o realidad — ¿por qué camino
se llega a la ilusión de tus orillas?—
Así dijo a su sueño el peregrino,
cayendo ensangrentado de rodillas.
—Buscar ese jardín es tu destino,
mas nunca encontrarás sus maravillas!
Jamás lo encontrarás, porque no existe
sino en el fondo de tu alma triste,
como un tesoro de la fantasía...
Lo busca en vano tu mirada terca...
La prosa de la vida está tan cerca!...
¡Y tan lejos se ha ido la poesía!
Francisco Villaespesa