SONETO XXV
Con toda la cabeza de Medusa
tiranamente trata mi firmeza;
muéstrame su rigor, y su belleza,
por quien de mil tramas armas usa.
Miro de transformados la confusa
pesadumbre que infaman su dureza;
quiero escusar mi mal, y la pereza
del encanto crüel mi intento escusa.
Quedo de mármol simulacro eterno
a su templo terrible consagrado,
como los que atrevidamente vieron;
y hecho despojo del tirano tierno,
no escusando poder tiranizado,
me ofende como a aquellos que ofendieron.
Francisco de la Torre. Siglo XVI