EL SOMBRERERO
A los pies de un devoto franciscano
acudió un penitente —Diga, hermano,
¿qué oficio tiene?
—Padre, sombrerero.
—¿Y qué estado?
—Soltero.
—¿Y cuál es su pecado dominante?
—Visitar una moza
—¿Con frecuencia?
—Padre mío, bastante.
—¿Cada mes?
—Mucho más.
—¿Cada semana?
—Aún todavía más,
—¿La cuotidiana?
—Hago dos mil propósitos sinceros...
—Pero no, diga, hermano, claramente:
¿dos veces cada día?
—Justamente.
—Pues, ¿cuándo diablos hace los sombreros?
Félix María de Samaniego
Poesías inéditas. Cancionero del siglo XVIII. Biblioteca Nacional (Madrid). Mss. 3751 (ff. 1-19)