EL PICHÓN MENSAJERO
«Vuela al punto,
Pichón bello,
Y esta carta
Da a mi dueño...
Noche y día,
De ella lejos,
No respiro
Ni sosiego:
Con su imagen
Me desvelo;
Pienso en ella
Cuando duermo:
Su voz oigo,
Su faz veo;
Y en su boca
Y en su pecho
Tierno imprimo
Dulces besos...
Vuela al punto,
Pichón bello;
Y a mi amada
Di que muero!... »
Apenas estas palabras
Pronunciara el triste Delio,
Perdió de vista en los aires
Al alado mensajero;
Que la inocente avecilla
Doblaba el rápido vuelo,
Por ver a la hermosa Flora
Y hallar en su boca el premio.
Ya divisaba la torre,
En que le aguardan inquietos
La doncella en las almenas,
En el nido los hijuelos;
Cuando de tiro alevoso
Ve la luz, oye el estruendo,
A par que del plomo ardiente
Siente la herida en su pecho.
Trémula el ala repliega,
Se abate con desaliento,
Y en derredor de la torre
Gira con mortal anhelo:
Tres veces tocó a su cima,
Y tres le faltó el esfuerzo;
Mas ve a Flora que le llama,
Oye sus dulces acentos,
Y anímase y vuela y cae
Con el billete en su seno.
Francisco Martínez de la Rosa