NUEVOS SONETOS MARIANOS
IV
La codorniz, la garza, la marina
gaviota que se fuga con el día:
de todo, Ave María, esa avería
que te ciñe y te baña, te fulmina
con plumas y candor, que te ilumina,
te bendice y te llama Ave María;
de toda esa volátil letanía:
la paloma, el gorrión, la golondrina,
déjame ser el ave que te cubra
como un cisne caído desde el cielo
con relámpagos blancos y con alas,
el ave que se asombre y te descubra
volando, por tu cuerpo, a ras del suelo
en un viaje sin fin y sin escalas.
Fernando del Paso