EL VACIADERO
No se renueva el personal de esta calle:
el elenco de la prostitución gasta su último centavo en maquillaje
bajo una luz polvorienta que se le pega a la cara
Una doble hilera de caries, dentadura de casas desmoronadas
Es la escenografía de esta Danza Macabra
trivial bailongo sabatino en la pústula de la ciudad.
Es una cara conocida llena de
costurones con lívidas cicatrices
bajo unos centavos de polvo,
y que emerge de todas las grietas de la ciudad,
en este barrio más antiguo que el Barrio de los Alquimistas
como la cara sin cuerpo del caracol ofreciéndose
en los dos sexos de su cuello andrógino
blandamente fálico y untado de baba vaginal
el busto de un boxeador que muestra las tetas
en el marco de un socavón.
No avanza ni retrocede el río en ese tramo descolorido y bullente alrededor de la compuerta
El mecanismo de un reloj descompuesto cuelga como la tripa de un pescado
de la mesita de noche
entre los rizos de una peluca rosada
La fermentación de las aguas del tiempo que se enroscan alrededor del detritus
como el caracol en su concha
el éxtasis de lo que por fin sepudre para siempre.
Enrique Lihn