EPISODIO
No me resolví nunca a abandonar la casa en el momento oportuno.
Del otro lado del cerco se me hicieron las señales convenidas.
La trepidación de un viejo automóvil, el graznido de las
gaviotas
y se abstuvieron ya de razonar y de advertir
hundiéndose en el polvo victorioso, con la cabeza pesada.
Enrique Lihn