DIOSES MUERTOS
Sueño con una selva lujuriosa y sombría
donde sólo los vientos columpien el ramaje
y donde no perturben el silencio salvaje
más pasos que mis pasos, más voces que la mía.
Donde enhiestos e incólumes los troncos milenarios
hablen de tiempos idos y de viejas edades
cuando en paz con los hombres las rústicas deidades
poblaban los augustos senderos solitarios.
Donde al conjuro mágico que lance mi deseo,
resurja Pan bicorne, y la lira de Orfeo
repueble con sus notas las regiones desiertas...
¡Y allí, mientras se acoplan fogosos y desnudos
con ninfas y hamadríades los sátiros velludos,
vivir, vivir un día con mis deidades muertas!...
Enrique González Martínez