EL RÚSTICO INDOLENTE
¡Oh rústico galán! ¿Qué haces en esta
cabaña solo? En ardoroso brío,
de sorprender acabo junto al río
a tu amada gentil, hoy a la siesta.
Para los juegos del amor dispuesta,
mal encubre su erótico extravío;
desnuda, en vano, en el remanso frío,
por apagar sus ansias se recuesta.
De áspera gruta en el cañón estrecho,
yo vi sátiros viles en acecho
espiar astutos la ocasión cobarde.
¿No juzgas, di, si tu favor implora,
necio el desdén y torpe la demora?...
¡Ay, rústico, de ti si llegas tarde!
Enrique González Martínez