ELEGÍA ENTRE DOS LUCES
I
bombilla;
vivir quieto.
limitado en la geometría
de los rizos del firmamento.
clausura de cristal
—fraude y disfraz de encierro—
(clasicismo
perfecto).
II
la bombilla se muere,
se desangra en un suspiro lento.
(¡su exacta flor de fuego!
¡su transparencia alegre!
¡su redondez de seno!).
III
ya lo sabéis; a un muerto,
cuatro velas.
la vela: signo opuesto.
romanticismo puro.
la luz en movimiento.
la sirenaica voz ardiente, mariposas.
el estira y encoge.
la evasión hacia el cielo…
el parpadeo
del vivir muriendo
(gritos de llama, lágrimas de cera,
y el humo del mal sueño).
IV
la bombilla se ha muerto.
se ha desangrado en un suspiro lento.
queda la vela, vela…
la vigilia en eterno.
el rincón de las figuras
foto velada
un ángel sin usar de cinelandia,
sobre la punta de la nariz,
te coloca unas gafas.
te tuerce los tacones y te arruga las medias
te afila un moño alto y un sombrerín de paja.
te cuelga los hombros de una bata.
azul
de colegiala.
pero de pronto, saltas.
y a la bebé daniels de dos minutos,
en un rincón la dejas olvidada.
entonces, una piscina ávida
te absorbe con maillot azul y grana.
repiquetean tus zapatos
un charlestón absurdo sobre nuestros costados.
tu boca de champaña
se nos suelta a cantar coplas saladas:
—los buzos se han cortado
sus bigotes.
y mi gorrito americano
tuvo ayer un parto de bombones—.
tu garganta
se quiebra en una risotada.
por la que se santigua
una ciudad de lúgubres campanas.
y tus ojos de vaca,
de laguna
cálida,
reflejan un paisaje de cigarrillos
y teclas deshojadas.
Emeterio Gutiérrez Albelo
Tomado de La ciudad del drago. Vida y obra de Emeterio Gutiérrez Albelo