MEDITACIÓN DEL HIJO PRUDENTE
un alto seto de espinos pronto rodeó al palacio
y allí quedaron sujetos y murieron en su miseria
Historia de la Bella Durmiente
Cantan los huesos en el espino:
Ven
y danos compañía.
Hondo es el paso, y áspero
de sombras viejas, pero
la muerte es fácil:
Ven
y danos compañía.
Tú que duermes
en lo desierto de la estancia, ¿oyes
cantar los huesos, como
las inocentes cigarras del estío?
Pero
la muerte es fácil,
ignorantes los huesos. Ves,
se olvidan
de ti en la sombra donde estás dormida.
Eliseo Diego