Y CUANDO EN FIN TODO ESTÁ DICHO
Y cuando, en fin, todo está dicho,
puesto el sombrero, al hombro el saco,
viene el adiós.
Pero vagando
los ojos van a la cornisa
donde está el polvo del instante: así,
como al desgano,
—puesto el sombrero, al hombro todo—,
qué inmóviles quedamos, sí, qué blancos
mientras semoculta el tiempo en el adiós.
Eliseo Diego