LA PAUSA ANTE LA PUERTA
para verte mejor, hija mía
Cómo fue
la caperuza entre las ramas,
cada vez
más distante
(y ahora
ya solo un soplo).
Y cómo fue
la inquietud de la araña
recién huida
(por el marco
hecho de rostros).
Y,
junto a la muda puerta,
la paz universal del bosque.
Eliseo Diego