ANUNCIACIÓN
La joven madre está cansada
y tú le tomas el niño de los brazos.
Calle arriba
hemos echado a andar. ¡Qué hermosa,
con un niño y sin prisa!
¡Qué hermosa estás, qué hermosa,
con el niño abrazado a tu cuello!
¡qué hermosa de lo grave que vas, de lo anunciada,
de lo sembrada en el presentimiento!
Llegamos.
La joven madre recobra su niño.
Te has quedado sin hijo en la palabra.
Te vas. Y quedo solo;
solo, porque el que estaba conmigo era tan niño
que lo dejé en tus manos y lo dormí en tus ojos.
Andrés Eloy Blanco