LA OBSESIÓN
¡Le agarré por el cuello al gato verde!,
él se enrollaba y tendía las manos
para cogerme;
le hice girar diez, cien, mil veces,
como una honda, y lo lancé al espacio;
allá arriba giró como un pelele,
subió, dio tres piruetas y se agarró al tejado,
se echó, se puso a verme,
con una risa entre los labios,
guiñándome los ojos, con el rabo pendiente,
como un retoño de árbol;
meditó un poco, masculló dos erres...
después, dio un salto
y entre mis brazos cayó el gato verde
y aquella noche se durmió en mis brazos...
Andrés Eloy Blanco