EL BAUTIZO DEL NIÑO RICO 1
Bien está el verso si en él va la glosa
del personaje que comienza el drama,
la unión de lo divino con la cosa,
la chispa, cuando ya va a ser la llama...
Niño, ¡qué hermoso es ignorar la prosa,
y no saber oír a quien nos llama,
y en la cena fugaz ser una rosa
para adornar el pecho de una dama!
No sé por qué, al hablarte se hace puro
mi verso. ¿Qué serás en lo Futuro?
¿Llenarás algún hueco en mi vacío?
Tal vez mañana, en medio de un sendero,
al darle una limosna al pordiosero
le darás tu limosna a un hijo mío...
Andrés Eloy Blanco
1 El Heraldo, Caracas, 23 de septiembre de 1951, p. 6.