EPITAFIO DEL AMOR VIAJERO 1
De Giraluna
Murió al regresar de un viaje;
habíamos ido juntos
hasta la alcoba del mundo
donde se acuestan los soles.
Cuando salió, la mirada
se le abrió, como las rosas.
Cuando habíamos mirado
mucho tiempo hacia adelante,
descansábamos mirándonos.
No sé que vio de repente
pero en el viaje de vuelta
su mirada enrojecida
se deshojó en el camino.
Se me fue yendo el recuerdo.
Yo la traje entre dos horas:
una de mar sin pañuelos
y otra de azul sin palomas.
Yo la traje entre dos tiempos:
una de «Ven» sin camino
y otra de amor sin «te quiero».
Tiempo de morir sin ayes.
Todavía le quedaba
en la flor de la mirada
el polen de los paisajes.
Andrés Eloy Blanco
1 Viernes, Caracas, 1º de enero, 1939, p. 6.