SONETOS DEL CREPÚSCULO 1
SEGUNDO SONETO DEL CREPÚSCULO
Fue como el esqueleto de Don Quijote. Tísica,
la torre en sus campanas cantaba su dolor;
por los dos ojos negros le entraba el sol al alma
con cada campanada se iba un rayo de sol...
Negra como la torre del viejo Galileo,
negra como la negra frente de Saint Germain—
la que agitó en sus bronces el alma de los Médicis,
el alma shakespeareana de San Bartolomé.
Los ojos me miraron melancólicamente
el sol en su agonía le dio un beso en la frente,
sonó en la torre un Ángelus como un golpe de tos;
Un vómito de sangre fue el crepúsculo rojo...
Creí ver a la luna que se entraba en un ojo
de la mística torre, como una extremaunción.
Andrés Eloy Blanco
1 El Nuevo Diario, Caracas, 31 de diciembre de 1915, p. 1