PREMONICIÓN
Alguien exprimió un zumo
de fruta negra en mi alma:
Quedé amarga y sombría
como niebla y retama.
Nadie toque mi pan,
nadie beba mi agua...
Dejadme sola todos.
Presiento que una cosa ancha y obscura
y desolada viene sobre mí
como la noche sobre la llanura...
Dulce María Loynaz de Castillo