EL BOGA
A Julio de Francisco
Como sobre el caimán y la culebra,
Eterno huésped de la playa ardiente,
En su espalda de bronce reluciente
El sol sus rayos cenitales quiebra.
Corre en el bosque, cual ligera zebra,
Corta su remo la tenaz corriente,
Y el sudor moja la tostada frente
y el negro ,pelo de encrespada hebra.
Y allá en la tarde, que tristeza infunde,
Cantando va sus íntimos pesares.
De su piragua en la movible proa.
Mientras el sol en el Ocaso se hunde,
y se llevan los vientos sus cantares
Y la turbia corriente su canoa.
Diego Uribe