INVERNAL
El cierzo del invierno sopla inclemente,
Arroja su humo negro la chimenea,
Rebosan las estufas de aire caliente,
Y en el hogar la leña chisporrotea.
Entre ricos cojines de pluma henchidos,
Sobre persas alfombras y sederías,
Al amor de la lumbre se hallan reunidos,
En las tardes de invierno largas y frías.
La niña dulces notas al piano arranca,
Mil rumores confusos el viento trae
En tanto que del cielo menuda y blanca
Como plumón deshecho, la nieve cae.
Ay del que siente el hambre cual buitre interno!
Ay de aquel que consuelos busca en el río!
Ay de los que en harapos cogió el invierno!
Ay de los que en la calle mueren de frío!
El cierzo del invierno sopla inclemente!
Rico tronco sujeto del áurea brida!
Bien cubierta de mantas la piel luciente!
Lleva rico carruaje por la avenida!
¡Suenan los cascabeles, de los plumajes!
¡Se ven sobre dos tordos el bamboleo!
¡Se oye el sordo crujido de los herrajes!
¡Entre surco de nieve pasa el trineo!
Qué lujosos cocheros y postillones!
Qué espesos los cristales de los postigos!
Qué profusión de plumas y de vellones!
Qué envueltas van las damas en sus abrigos!
Ay del que siente el hambre cual buitre interno!
Ay de aquel que consuelos busca en el río!
Ay de los que en harapos cogió el invierno!
Ay de los que en la calle mueren de frío!
El cierzo del invierno sopla inclemente,
A repartir la cena van los gañanes,
La cena que en vasijas rebosa hirviente,
A la perrera llena de preciosos canes.
Calmado el apetito con grata holgura,
Entre sus ricas mantas y gruesas pieles,
En estancia de tibia temperatura,
Duermen los terranovas y los lebreles.
Qué abundante la sobra que hirviente humea!
Qué lejos está de ellos la noche fría!
El hornillo la estancia qué bien caldea!
Qué reposado el sueño de la jauría!
Ay del que siente el hambre cual buitre interno!
Ay de aquel que consuelos busca en el río!
Ay de los que en harapos cogió el invierno!
Ay de los que en la calle mueren de frío!
Diego Uribe