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LA CASA DESIERTA

¡La casa sola está! La antigua puerta
al dejarme pasar lanza un quejido,
y el eco que a mi paso se despierta,
parece que me dice: ¡ya se han ido!

¡Triste la casa está! Tétrica y muda,
reina la soledad por donde quiera,
todo me reconoce y me saluda,
todo está como entonces, todo espera.

Las mismas ramas que sacude el viento,
la misma fuente que se arrastra en calma,
todo impasible, menos yo, que siento
que fibra a fibra se me rompe el alma.

¡Ay para aquél a quien la pena hiera,
qué horrible verse en el hogar vacío,
y hallar do el nido de sus dichas fuera,
silencio y soledad, tristeza y frío!

Atropellarse los recuerdos miro,
éste viene hacia nú y aquél me llama,
y cada cual el último suspiro
y la postrera lágrima reclama.

En alas de la brisa gemidora
vaga en el aire y llega hasta mi oído,
un eco profundísimo que llora
las dichas de un ayer desvanecido.

¡Cuántas sombras que pasan y suspiran
y el tibio ambiente del hogar reclaman,
cuántos ojos sin lumbre que me miran.
cuántas voces, sin eco, que me llaman!

¡Cuánto adiós que unos labios pronunciaron
con voz ya moribunda y apagada,
cuántos seres queridos que escucharon
el toque misterioso de llamada...!

Mas no serán eternos los gemidos,
que no es eterno del dolor el bloque:
porque tarde o temprano, a mis oídos,
ha de llegar el misterioso toque.

¡Enjuguémos el llanto en las pupilas,
sacudamos los hielos y la escarcha,
cerremos nuevamente nuestras filas,
y prosigamos la infinita marcha!

Veladas de mi hogar, horas tranquilas,
rayos de sol entre mi noche oscura,
voz de su pecho, luz de sus pupilas,
venid, acompañadme en mi amargura.

¡Oh, mi memoria, con amor te llevo
por ti las horas del ayer se evocan,
y tú nos haces saborear de nuevo
las migajas de dicha que nos tocan!...

Lágrimas que brotáis del fondo herido
del corazón como la hiel amargas,
humedeced mi solitario nido
en mis noches tan negras y tan largas.

¡No os agotéis, venid, os necesito!
Venid que está rugiendo la tormenta
y si no viene el llanto surge el grito,
y si no llora el corazón, revienta.

autógrafo

Diego Uribe


Diego Uribe

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